Murakit

Tecnología = Estética espiritual

Pocos artistas logran fusionar tecnología y sentimientos con la delicadeza y profundidad que caracteriza a Murakit. Su obra, marcada por una exploración constante de los límites entre lo humano y lo digital, ha llevado a críticos y espectadores a reflexionar sobre cómo impresiones tecnológicas redefinen nociones de belleza, inocencia y trascendencia. Murakit ha construido su propio lenguaje artístico que reimagina lo esencialmente humano.
Impresionistas del siglo XIX buscaban capturar luz e impresiones fugaces del momento, Murakit utiliza herramientas tecnológicas para reinterpretar estas ideas en el contexto contemporáneo. Sin embargo, en lugar de óleo sobre lienzo, Murakit trabaja con texturas digitales, efectos lumínicos y software avanzado, creando piezas que no solo se ven, sino que se experimentan.
El trabajo de Murakit puede analizarse a través de cuatro ejes críticos que resaltan la profundidad y relevancia cultural de su obra.

Tecnología: Medio y Mensaje
En piezas como E-Angels (2025), Murakit utiliza la tecnología no solo como herramienta de creación, sino como un componente integral del mensaje artístico. Esta obra se cuestiona cómo lo divino puede manifestarse en un contexto tecnológico.Se plantea una paradoja: por un lado, la tecnología amplifica la espiritualidad al darle una forma visual que trasciende lo humano; por otro, también la trivializa, convirtiéndola en un espectáculo dependiente de pantallas.
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Desmaterialización de la Realidad
Con Playa, Murakit sugiere que nuestras nociones de naturaleza y conexión con el mundo físico se han visto transformadas por la mediación digital. Al reemplazar la tangibilidad del paisaje con "pinceladas" de luz y color digital, la obra invita a reflexionar sobre si es posible una conexión auténtica con la naturaleza en un mundo cada vez más virtualizado. ¿Cuándo fue la última vez que fuiste a la playa sin tu teléfono?​​​​​​​
Crítica Cultural Implícita
En Baby Angel (2019), Murakit explora la inocencia y la espiritualidad a través de elementos visuales luminosos y abstractos que evocan pureza. Aquí, la crítica cultural es clara: en un mundo hiperconectado, la tecnología redefine estos valores, transformándolos en conceptos fragmentados y reinterpretados para un consumo rápido. Pureza, dignidad, fragilidad, etc. 
La obra resalta una preocupación latente: ¿Cómo afecta la tecnología nuestra capacidad para experimentar lo espiritual y lo humano de manera plena? La obra de Murakit ofrece un espacio de reflexión y crítica.​​​​​​​
MUSIC IS MY LIFE (2024) fusiona la música y la visualización digital en una experiencia sensorial que cuestiona los límites entre lo humano y lo tecnológico. La obra plantea preguntas sobre la autenticidad y la humanidad en un mundo donde incluso las formas más puras de arte, como la música, se traducen en datos y píxeles.
Murakit comenzó su carrera como creadora visual explorando temas de identidad y emoción a través del arte digital. Con el tiempo, su obra evolucionó hacia una estética marcada por la constante búsqueda de lo trascendental en la era tecnológica. Hoy, su trabajo no solo decora galerías, sino que también alimenta debates sobre la naturaleza del arte, la tecnología y la espiritualidad.
Murakit es una voz singular en el mundo del arte contemporáneo, alguien que ha sabido capturar la complejidad de vivir en una era donde la tecnología y la humanidad se entrelazan de formas inéditas. Su obra no solo es un deleite visual, sino también un desafío intelectual que invita a los espectadores a cuestionar y redefinir sus propias percepciones de lo humano, lo espiritual y lo estético. Murakit ha demostrado que la tecnología puede ser mucho más que una herramienta: puede ser un puente hacia lo sublime.
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