Tecno-poesía
Canek Zapata es un artista que despliega en su obra una mirada aguda hacia la cultura digital contemporánea. Su trabajo transita “modelos automatizados de escritura, lenguajes visuales de internet y net art”. Ha expuesto en espacios como el Centro de la Imagen, el MUAC o la Bienal FEMSA. Su producción teje una crítica poética a la lógica de lo digital, mezclando humor y reflexión filosófica sobre esta era posthumana.
E-literatura
Como editor y programador de la revista Broken English es un definido referente del campo de la cibercultura. Sus obras narrativas se basan en algoritmos y textos generativos. Un buen ejemplo es Li Po :: 8888 (2018): un proyecto que combina un generador textual con vídeo surrealista. En este libro interactivo, un poeta chino antiguo lucha contra invasores alienígenas para extraer “el antídoto al capitalismo” y enviarlo al pasado en forma de arroz para contrarrestar la colonización. Así, Zapata rescata un mito literario (el poeta Li Po) y lo reinterpreta en clave postapocalíptica.
Su obra se ha destacado en círculos internacionales de literatura electrónica: fue incluido en la Electronic Literature Collection Vol.4, antología referente del género.
Su vigencia en el canon es caracterízada por su poesía con código, como en —Writing Poetry with a Computer— donde problematiza la relación de la voz humana y la máquina en la escritura. En este ejercicio se aprecia que Zapata concibe la literatura como arte expandido: no sólo como texto en páginas, sino intersecciones multimedia. Audiovisuales coexisten como partes de un poema vivo.
Inteligencia Viva
La inteligencia artificial atraviesa la obra de Zapata. El artista acelera tareas complejas con IAs generativas, y cuestiona “¿dónde está el humano?”. Dibuja ironía, adopta bots y redes neuronales y explora críticamente su impacto.
Zapata justifica esta apuesta: considera que el arte puede expandirse con el cómputo sin sustituir la autoría humana. Con bots de redes sociales y generadores de texto, reflexiona sobre la automatización del lenguaje y la hibridación de lo natural - artificial. Su trabajo devela que el contenido es también medio: la tecnología está inscrita como mensaje implícito. Sus piezas son algoritmos, y así revelan sus sesgos, virtudes y límites.
Nostalgia digital
Sus obras emplean paletas, tipografías y sonoridades que remiten a videojuegos y programas de los primeros días de la computación. En Lands (presentada en Japón, 2024) alinea poesía generativa con música retro, evocando “viejos videojuegos de computadora”. Esta mirada nostálgica no es un simple revival: funciona como un análisis delicado. Al recordar los primeros píxeles o interfaces naïf, Zapata nos recuerda las promesas fallidas la cultura digital.
En “birds” (2019) se describe un paisaje digital de colores saturados y distorsión glitch, que evoca la estética de interfaces. El artista emplea errores visuales (imágenes corrompidas, pixeles quebrados) para intensificar la sensación de trasecendencia. En estas piezas sus paisajes rotos de píxeles magenta y azul parecen recuperados de una VHS distorsionada. La sensación es onírica y humorística: una crítica sutil al optimismo tecnológico que nos gobierna hoy. Zapata plantea que los mitos tecnológicos también envejecen.
Animación procedural con código
Los generadores IA son narrativas vivas. Su trabajo «Máquina Distópica» (2018) es un oráculo web: una interfaz interactiva construida con JavaScript y datos (año, contaminación, información laboral) que mezcla formas geométricas animadas con texto poético generado al instante. Zapata usa animación procedimental: las gráficas y formas se mueven desmaterializando la “forma fija” del arte.
Algunas de sus propuestas consisten en bots o portales web donde cada visita activa algoritmos de creación. El resultado son bucles de animación que, a la manera de pinturas cinéticas del siglo XXI, revelan la lógica interna de la máquina. Así, lo procedimental no es un artificio sino el propio medio expresivo, que vuelve visible la materia del software.
Conceptualismo
En una entrevista Canek afirma que la obra de Duchamp (el mingitorio “Fuente”) es “claramente un meme”. Sus piezas reinterpretan esa fórmula: toma un objeto banal del entorno de internet y lo infunde de sentido con palabras y algoritmos.
«Máquina Distópica» (2018), co-creada con V. Gerber y C. Bergen. Es un “oráculo web” que recuerda de diagramas científicos mezclados con poesía vaticinadora.
En su proyecto «Baldessari Emojis» adapta el procedimiento de John Baldessari (superponer texto e imágenes encontradas) al lenguaje de internet: reemplaza imágenes de arte clásico por emojis y nombres al estilo pop, reubicando el humorismo conceptual en clave digital.
Zapata celebra la creatividad colaborativa de internet (memes, código abierto, generación automática) y denuncia con poesía y humor los riesgos de la tecnocultura (capitalismo algorítmico, dilución de lo humano).